Aquí entramos en el problema de ciertos países como Puerto Rico. Algunos grupos, llegan al poder y de forma caprichosa se apoderan de la cultura y la tratan de manejarla a su manera. En ocasiones arrancan algunos personajes importantes de nuestro desarrollo histórico y social. Esto deja un vacío intelectual en el pueblo que debe atacar.
Esto no es solo ocurre en nuestro país. En Cuba, cuando un grupo se apoderó del poder, retiró de las páginas de la historia de la hermana nación a Narciso López. Se preguntaran quien es esta figura y el porque no se quería mencionar. Pues, López es el creador de la bandera cubana y pero cometió el pecado de ser estadista. Dato interesante, ¿no creen? Uno de los argumentos utilizados en su contra era su origen venezolano. ¿Esto lo sabrá Chávez?
En Borinquén los partidos se apoderaron de nuestros próceres. José Celso Barbosa lo tiene el PNP, Luis Muñoz Rivera el PPD, Pedro Albizu el PIP por hacer ciertas menciones. Realmente estos iconos lucharon por sus ideales y les pertenecen al pueblo, no a los partidos. Para algunos, parece un pecado que se diga que Barbosa fue de la Junta del Ateneo Puertorriqueño. Parece ser que la definición de estadistas de los grupos dominantes es ser anti puertorriqueño o que no cree en la cultura. Otro pecado, para los dominantes son los cambios ideológicos de Muñoz Rivera o las cosas que lo unía con los republicanos de la época. Y ni se diga de hablar de la admiración que Albizu tenía hacia un estadista como Rafael Martínez Nadal. A veces cuando se estudian estas figuras, no se hace de forma objetiva y se pierde mucho o solo se queda un pequeño grupo de “intelectuales”.
La poca mención, o a veces ninguna de otros próceres que crearon patria también es parte del dominio, poca tolerancia y control total de la información. Podría mencionar algunos ilustres boricuas como Manuel Corchado y Juarbe, Jesús María Lago, Adolfo de Hostos, Aurelio Tió, Gilberto Concepción de Gracia. Pachín Marín, Juan Ríus Rivera y estaríamos semanas y semanas haciendo una lista. Decir que Pilar Barbosa fue la que estableció el Departamento de Historia de la UPR es una blasfemia para muchos. Es bueno que se entienda que todas estas personas, sin importar la ideología, no son solo nombres de escuelas y carreteras, sino que fueron seres de carne y hueso que ayudaron a forjar la patria en que vivimos.
Debemos levantarnos, sin importan la ideología, a reclamar nuestros derechos a conocer y admirar nuestros hombres ilustres.
